martes, 14 de enero de 2014

FOTOGRAFÍA Vuelta a Granada y las Tablas de Daimiel, ya de noche

Vuelta a Granada y las Tablas de Daimiel, 
ya de noche

 Ya en el camino de vuelta desde Cuenca, buscando las Tablas de Daimiel, se empezaron a ver algo parecido a molinos de viento, pero les faltaba algo, ¡las aspas!. Hasta a eso habrá llegado allí los recortes…

 Aunque sabíamos que parando a comer se nos haría de noche antes de llegar a las Tablas, no había más remedio. Buenas viandas y buen trato en “La chimenea de Turleque”, pero a la salida un sol de capa caída confirmó nuestros peores augurios.

No había tiempo para pararse a ver los primeros molinos de viento de verdad que aparecieron a lo lejos, en lo alto de la colina, seguíamos empeñados en darle marcha atrás al reloj.

Cada vez era más evidente que nuestros esfuerzos iban a ser infructuosos.

Las sombras ya eran tan largas al coger el desvío, quedaban 40 o 50 kilómetros de carretera, que seguimos por inercia, a sabiendas de que íbamos a ver bien poco.

 Al observar esta masa de gansos que se mimetizaba con el suelo, tuvimos la certeza de que estábamos llegando.

Bueno, pues pasó lo que tenía que pasar, llegamos con un soplo de luz, lo suficiente para hacer una foto medio decente y volver a casa. Habrá que regresar.






POESÍA Sin duda la rutina

Sin duda la rutina


FOTOGRAFÍA Cuenca

Cuenca

 Esta calle, camino obligado para las casas colgantes, nos trajo aires de nuestra Granada, un río, puentes, belleza espectacular arriba, muy similar a la Carrera del Darro de Granada, aunque a veces las comparaciones son odiosas.

 A través de los árboles, estábamos en la orilla opuesta, ya se vislumbraban los emblemas de la ciudad.

 No hay otra hay que cruzar este puente, y si tienes vértigo, prepárate, las vistas desde arriba son impresionantes.  

  Estas son las vistas desde el puente. Al fondo, la ciudad de Cuenca.

La caída desde la casa es espectacular.

 Las dificultades de construcción en un sitio así y más en aquella época tuvieron que ser importantes.

 La catedral de Cuenca, pequeña en comparación con la cantidad de iglesias por habitante.

El coqueto Ayuntamiento de Cuenca y sus soportales.

 Ya al día siguiente, día de reyes, y con mejor tiempo, la visita a la zona del castillo, o más bien, de sus restos. En la fotografía la puerta de entrada o Arco de Bezudo.

Estas son las vistas de Cuenca desde el Castillo.

 Esto es lo que hace especial a Cuenca, la naturaleza salvaje sobre la que se asienta.

Sólo con volver la cabeza desde el castillo esto es lo que se puede ver.

 Este edificio tétrico, feo y desagradable no podía ser otra cosa que el tribunal de la inquisición. Un ejemplo de en lo que puede llegar a convertirse una sociedad en la que la religión católica ejerce el poder casi tanto como el estado. algo que por desgracia no tenemos ahora tan lejos…













martes, 7 de enero de 2014

FOTOGRAFÍA En la carretera

En la carretera

Hoy me estreno en este blog con esta road foto o como se diga, hacía tiempo que tenía ganas de fotografiar la carretera, pero nunca tenía la oportunidad, siempre me pillaba conduciendo y todo pasa tan rápido...


 Se trata de un viaje de Granada a Cuenca y ya llevamos un buen rato por La Mancha y no consigo ver más que molinos de anuncio.


¡Hombre, Almagro, el corral de comedias!, a la vuelta nos llegamos.

Y a las Tablas de Daimiel también.

En medio de la llanura aparecen extraños signos que nos devuelven al presente.

Muchas casitas pequeñitas con viñedos alrededor.

Vamos hacia Cuenca, que si por algo es famosa, aparte de por sus casas colgantes, es por su museo de arte moderno y yo no he podido evitar la tentación de fotografiar esta loma que me ha recordado al perro semihundido de Goya, precursor de todos los pintores modernos.

Y tan fluido, llevamos un rato que no nos cruzamos ni con pajaricos...

Estos son los únicos molinos de viento que consigo ver. Si Don Quijote levantara la cabeza creo que lo tendría más complicado para atacarles.

Mal asunto ese de San Lorenzo de la Parrilla...

Al salir de Granada un sol espectacular y llegando a Cuenca lluvia, niebla y una carretera desastrosa. Menos mal que mereció la pena, pero eso será en el siguiente capítulo.